FRENOS
Los frenos son un elemento fundamental del vehículo para una conducción segura y fiable.
Es importante revisarlos periódicamente, lo ideal sería cada seis meses.
Si notamos que el pedal del freno va más fuerte o más suave, si oímos un ruido extraño al frenar o se enciende un testigo en el salpicadero del vehículo, debemos acudir al taller, pues son indicaciones de que existe algún problema.
Los frenos están formados por:
- Las pastillas de freno
- Los discos de freno
- Líquido de frenos
LAS PASTILLAS DE FRENO
Son esenciales en el sistema de frenado del vehículo, ya que proporcionan la fricción necesaria a los discos de freno y así es como al pisar el pedal de freno el vehículo se detiene.
Si no están en buen estado aumenta la distancia de frenado.
Requieren un mantenimiento periódico, son propensas al desgaste.
La mayoría de los fabricantes recomiendan cambiar las pastillas de freno cada 10.000 kilómetros, pero todo depende del tipo de conducción a la que sea sometido el vehículo.
LOS DISCOS DE FRENO
Son dispositivos utilizados para garantizar la reducción de la velocidad o la detención del vehículo.
Están fabricados de metal por eso la duración es mayor a la de las pastillas de freno.
Igualmente debe de ser comprobado su estado cada cierto tiempo para garantizar un frenada eficaz y segura. Al menos cada 10.000 kilómetros.
Un mal estado de los discos de freno conlleva un considerable aumento en la distancia de frenado de un vehículo.
LÍQUIDO DE FRENOS
Es un líquido hidráulico, tiene la función de transmitir la fuerza que se ejerce sobre el pedal de freno al resto de los elementos que componen el sistema de frenado.
Se recomienda cambiarlo según los periodos que establezca el fabricante, pero como norma general cada dos años o 40.000 kilómetros, para mantenerlo en buen estado, a medida que pasa el tiempo va perdiendo sus propiedades.
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